LA ADMINISTRACIÓN ES UNA PARTE NECESARIA DEL LIDERAZGO Por Dr. Paul Chappell Cuando me convertí en pastor asumí menos responsabilidades administrativas de las que tengo hoy. No era que mi horario no estaba lleno. (En aquellos primeros días predicaba tres veces por semana, enseñaba la escuela dominical y el ganar almas, y tocaba un mínimo de quinientas puertas por semana así como les hacía seguimiento a los invitados que venían a la iglesia.) Lo que ocurría era que las responsabilidades semanales del ministerio eran principalmente la preparación del mensaje, la evangelización personal y el seguimiento. Pero cuando el Señor le dio crecimiento a nuestra iglesia vi que necesitaba desarrollar habilidades administrativas. La administración no es una de las principales habilidades en las que la mayoría de las personas piensa cuando reflexiona en las responsabilidades del pastorado. La mayoría de pastores que conozco tienen mucha más pasión por predicar la Palabra de Dios y el ministerio personal que por hojas contables o archivos. No obstante la administración es necesaria para la obra del Señor. ¿Por qué debería un pastor desarrollar habilidades administrativas?

1. PARA GLORIFICAR A DIOS

La meta final en cada habilidad no es hacer que la vida nos sea más fácil, sino para glorificar a Dios. Dios queda glorificado cuando los detalles relacionados con la obra del ministerio se manejan con intención y excelencia. Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos—1 Corintios 14:33 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios—1 Corintios 10:31

2. PARA CREAR TIEMPO DE ESTUDIO PASTORAL

Quizás la responsabilidad más importante del pastor es predicar la Palabra de Dios de manera consistente y precisa. Este tipo de predicación necesita de un tiempo de estudio significativo. No obstante, si los detalles del ministerio no se manejan bien, éstos quitarán grandes cantidades de tiempo que se deberían invertir en el estudio bíblico y en la preparación del mensaje. Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina—2 Timoteo 4:2

3. PARA CREAR TIEMPO PARA EL LIDERAZGO

No entiendo cómo muchos pastores, a los que he conocido con el transcurrir de los años, pueden decir algo así, “Bueno, simplemente no soy un buen administrador.” Entiendo eso y lo comprendo. Sin embargo, lo que siempre me sorprende es que no dicen algo como esto, “Pero, estoy aprendiendo” o “Es por eso que he contratado a alguien que sabe más de administración para ayudarme.” Sin que haya una intención causativa es fácil que el líder se ponga en el rol de un gerente. En lugar de pasar tiempo en oración, revisiones y planificación intencional que desarrollan visión y dirección, el pastor es demolido por un horario planificado malamente, eventos inesperados y crisis continuas. El crecimiento (y algunas veces la ayuda extra) en la administración puede permitir que el pastor tenga tiempo para realmente liderar y no simplemente gerenciar.

4. PARA SATISFACER LAS NECESIDADES DE LA CONGREGACIÓN

La benevolencia, las visitas a los hospitales, las llamadas a los ausentes, el discipulado, el mantenimiento de las instalaciones, el entrenamiento del maestro de la escuela dominical, los eventos para jóvenes, la hospitalidad, etc., no se llevan a cabo sin que haya intención y planificación. Estas cosas requieren tiempo, atención y una inclinación a la acción y esto se logra a través de la administración responsable. Tal como vemos en Hechos 6, el tipo de administración que se requiere para satisfacer las necesidades de los miembros puede recibir ayuda de los diáconos. Le doy gracias a Dios por nuestros diáconos en la Iglesia Bautista Lancaster, por los muchos voluntarios que ayudan y por nuestro equipo que me ayuda a servir al pueblo de Dios. En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo—Hechos 6:1-3

5. PARA ALCANZAR A LAS ALMAS PERDIDAS

La misión de la iglesia es la Gran Comisión de Cristo. Cuando avanzamos con desorganización y desorden, perdemos el enfoque en nuestra misión y la efectividad de nuestra labor. Aquellos que padecen más a causa de nuestra carencia de atención en la administración son aquellos que no están oyendo el Evangelio. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén—Mateo 28:19-20 La administración no es un área emocionante ni un área fructífera del ministerio, pero no permita que eso evite que se desarrolle en ella. Es un área necesaria del liderazgo.