Cuando lidiamos con la tentación, ¿cuán extremos deberíamos estar dispuestos a ser?

27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Mateo 5:27-30

Este es uno de los pasajes más fuertes si no el más fuerte en cuanto a la acción que deberíamos tomar con respecto al pecado. Como puede imaginar, se ha entendido y aplicado mal a lo largo de la historia. Un hombre llamado Orígenes, nacido en Alejandría, a inicios de los años 200, asumió que las palabras significaban algo literal. Aunque algunas personas han aplicado mal el pasaje otras ni siquiera lo han aplicado para nada. Asegurémonos de no caer en ninguna de estas dos categorías.

Es importante saber que Jesús no está defendiendo la automutilación física, sino que está usando una figura del lenguaje para ayudarnos a ver el tipo de autodisciplina extrema que los discípulos comprometidos mostrarán. Demos un paso atrás y veamos lo que está sucediendo en este versículo. Es muy importante que conozcamos el contexto para entender de la mejor manera lo que Jesús está enseñando.

Al comenzar en el versículo 27 Jesús da una cita de los 10 Mandamientos (Éxodo 20:14). En el versículo 28 habla de ni siquiera ver a la esposa de otro. Aquí hace alusión al décimo mandamiento que es no codiciar. Codiciar es un “deseo de tener.” En este caso es un deseo de tener algo que no le pertenece a uno.

El adulterio era considerado una de las ofensas más graves porque rompía la relación que era el reflejo de Dios y su pueblo. El adulterio se usaba a menudo para describir la forma en que el pueblo de Israel iba tras dioses diferentes al único Dios verdadero. Ezequiel 16:2; Oseas 4:13. Josué reconoció que el adulterio no habría sido sólo una ofensa para Potifar sino que especialmente era un “pecado en contra de Dios.” Genesis 39:9 El rey David, después de su adulterio con Betsabé, confesó su pecado diciendo, “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos.” Salmos 51:4

Jesús reafirma la enseñanza del Antiguo Testamento pero da un paso más para hacernos entender el significado original del matrimonio. No es suficiente permanecer puro físicamente, tenemos que permanecer fieles a nuestras cónyuges en cada aspecto de nuestras vidas. Esto incluye codiciar/querer a otra persona. Mirar con deseos a otra mujer rompe el vínculo de unidad que un hombre tiene con su esposa. Lea Proverbios 5:15-23 para obtener una buena representación de esto.

El deseo se origina en el corazón. Mateo 15:19. Nuestras acciones vienen del corazón, es decir lo que pensamos/sentimos se hará realidad en nuestras vidas. El adulterio, por consiguiente, no es sólo un acto físico sino también es un compromiso mental con tal acto de infidelidad.

Está bien… eso es lo que tenemos que entender sobre los versículos 27-28. Le di toda esta información porque lo que estamos a punto de decirle parece extremo pero quería que obtenga una buena perspectiva de cómo Dios se siente con respecto a este pecado. Jesús ilustra la gravedad del deseo sexual a través de dos ejemplos gráficos: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti” 5:29 y “Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti” 5:30. Jesús está usando una hipérbole. Puede recordar que es una exageración deliberada. Jesús usó esta expresión para enfatizar la seriedad de la devoción leal a su cónyuge.

Está bien… aquí es donde el pasaje debería ir directo a toda velocidad a su vida. Si está lidiando con la tentación de codiciar a alguien que no le pertenece (cualquier persona con la que no está casado), como discípulo de Cristo debería estar dispuesto a tomar medidas drásticas para evitar y detener este comportamiento. ¿Necesita sacarse el ojo? ¡De hecho que no! Jesús está diciendo que esto es un asunto del corazón. No se puede corregir quitándose un brazo o un ojo. Sin embargo, lo que sí vemos es que cuando tenemos una buena visión de cuán horrible es este pecado entonces deberíamos estar dispuestos a dar los pasos necesarios para evitarlo.

Puedo escuchar sus objeciones. Va a decir, “No estoy casado, entonces no se aplica a mí.” Bueno, ni el casado ni el soltero deberían estar deseando a alguien que no es su esposa. Sólo porque no tiene una esposa y a alguien a quien puede desear bíblica y apropiadamente no significa que puede escoger de entre las otras 3 billones de mujeres en el mundo. Recuerde esto, “su cónyuge es la única fuente legítima de intimidad en su vida” (dígalo cinco veces en voz alta, será bueno para usted). Si todavía no está casado, entonces no hay fuente de intimidad para usted. ¡Ni estando en línea ni fuera de línea!

Entonces, ¿qué cosas podríamos hacer en nuestros días con este mismo problema?

• Dele su teléfono celular a sus padres.
• Confiésele a sus padres que necesita dar mayores rendiciones de cuentas.
• Rompa alguna relación no saludable.
• Evite ir a la casa de ciertos amigos que le den oportunidades de ver cosas que hacen que tenga deseos.

Usted podría decir que son medidas extremas. Tal como lo hemos visto, la Biblia prescribe medidas extremas si es lo necesario.