Su vida fue de entrega: entregar lo que el Padre le había dado (Jn. 15:15; 17:4,8,14). Les dio su paz, que los so5′- tenía en medio de la tribulación (Jn. 16:33; cp. Mat. 11: 28). Les dio su gozo en el que vivían en medio de los sufri- mientos y penas que los rodeaban (Jn. 15:11; 17:13). Les dio las llaves de su reino contra el cual los poderes del infierno nunca prevalecerían (Mat. 16:19; cp. Luc. 12:32). En reali- dad, les dio su propia gloria que había poseído desde antes de la creación del mundo, a fin de que pudieran ser lillO como él lo era con el Padre (Jn. 17:22,24). Les dio todo lo que tenía: nada se guardó, ni siquiera su propia vida. Así es el amor. Siempre se entrega. – página 49Del mismo modo, es sólo el Espíritu de Dios el que capacita para proseguir la misión redentora de la evangelización. – página 53Tomemos, por ejemplo, su vida de oración. No fue accidental que Jesús dejara que sus discípulos muchas veces lo vieran conversar con el Padre.1 Así pudieron comprobar la fortaleza que esta práctica daba a su vida, y si bien no podían entender completamente de qué se trataba, tienen que haber caído en la menta de que era parte de su secreto de vida. – página 59
Cuando alguien es mejor que tú
Durante el proceso de colegio me encantaba hacer deportes y las matemáticas, lo mejor de esto es que habían talleres y olimpiadas de estas dos cosas. Pero había que empezar a practicar todos los días después del colegio con cada una para poder calificar a una...
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