1. No se separe de sus obreros o de los líderes de la iglesia.
2. No regañe a su obrero a los líderes públicamente. Hágalo en privado, y con amor y gracia.
3. No critique más de lo que alaba.
4. No se vuelva tan dictador que su señor sea sobre la gente de Dios y sobre la herencia de Dios.
5. No demuestre favoritismos, ni entre los obreros, ni entre los líderes ni entre los miembros de la iglesia.
6. No elogie a la gente cuando no lo merece.
7. No sea un “pulidor de manzanas”, un adulador.
8. No se vuelva tan interesado en asuntos exteriores hasta no tenga tiempo para su propio rebaño. Si Dios lo llamó para pastorear el rebaño, entonces hágalo fielmente.
9. No se sienta que debe hacer todas las visitas usted mismo. Entre a otros y use a otros para ayudarlo en su programa de visitación.
10. No sea puesto a un lado del tremendo énfasis que debe ser puesto en la Escuela Dominical. Una gran Escuela Dominical pagará dividendos en toda el área del reino de Dios.
11. No le pague insuficientemente al personal. Hay un dicho, “Usted obtiene lo que paga”.
12. No viole la cadena de mandamientos establecidos en la estructura de la iglesia. No permita que la gente vaya sobre las cabezas de los obreros para alcanzar al pastor. Trabaje a través de la organización y con los obreros.
13. No demuestre indebida consideración por una división, departamento, líder o miembro. Esto toma mucha diplomacia y tacto, oración y sabiduría, para probar su amor por cada uno de igual manera.
14. No magnifique los pequeños problemas.
15. No se olvide que usted es un siervo.
16. No se aisle de las actividades de la comunidad y de las áreas que conciernen a la comunidad.
Del libro El Pastor y su Ministerio por W. A. Criswell
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