¿Sus hijos te han querido ayudar cumplir un trabajo en casa como pintar o lavar el auto? A veces los míos sí. Un día estuve sacando las cosas para lavar el auto cuando mis hijos menores me pidieron que hicieran el trabajo. Les di la responsabilidad y me paré para observar y a la vez ofreciendo consejo cuando fuese necesario.
Terminaron y yo inspeccioné su esfuerzo. Hicieron un buen trabajo – aunque no perfecto en ninguna manera. Estuve feliz, no me importaban las manchas y las rayas. Me alegró su deseo de tomar responsabilidad y trabajar. La próxima vez habrá menos manchas, van a requerir menos corrección y van a hacer mejor trabajo.
¿Qué significa esta historia simple?
El ministerio depende del mismo proceso. Para poder trabajar con expertos, hay que trabajar con neófitos primero. Hay que involucrar a otros en la obra aunque no van a hacerlo perfectamente en el principio. Si no estamos permitiendo a otros a equivocar, entonces no estamos entrenando a nadie.
Podría haber ignorado a mis hijos cuando me ofrecieron lavar el auto. La verdad lo podría haber hecho más rápido y más eficiente solo (¡con menos manchas!). Pero si yo hubiera lavado el auto solo, hubiéremos perdido unas lecciones más valiosas que el tener un auto perfectamente limpio.
- El valor de trabajar en equipo. Mis hijos disfrutaron del tiempo juntos con una meta común. El ministerio exitoso es el ministerio en lo cual todos trabajan juntos.
- El valor de trabajar voluntariamente. Mis hijos sirvieron sin la expectativa de recibir pago. Somos intrínsecamente egoísta y hacemos cosas con la esperanza de recibir algo de vuelta. Sin embargo la obra es a menudo “un trabajo de amor.”
- El valor de aprender y crecer. Nunca van a ser expertos en lavar autos si no los permita ser amateurs primero. Dar responsabilidad es dar a otra persona la oportunidad de afinar sus talentos.
- El valor de delegar. Me libraron para trabajar en otra cosa. Mientras que lavaron el auto, corté el pasto. La delegación no es para que uno trabaje mientras que otro descanse, sino que para que dos trabajen a la misma vez.
- El valor de agradar al padre. Me hicieron este gran favor porque me aman. Su motivación fue agradarme a mí. La clave de disfrutar el ministerio es ser motivado con el deseo de agradar a nuestro Padre Celestial.
- El valor de contribuir al Cuerpo. Aunque son niños tienen algo para contribuir al bienestar de toda la familia. Cada persona dentro de la congregación tiene valor para la edificación de todo el cuerpo. Cuando uno se da cuenta que tiene algo para contribuir, va a sentirse valioso.
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