La semana pasada comenzamos a conocer el libro “La Predicación Bíblica” por Haddon Robinson. Quiero seguir compartiendo algunos extractos de este libro maravilloso.
No importa lo brillante o lo bíblico que sea nuestro sermón, sin un propósito concreto no vale la pena predicarlo. – pagina 107
A. W. Tozer nos brinda algunas palabras muy pertinentes: “Hay pocas cosas tan simples e insignificantes como una doctrina bíblica que se enseñe por sí misma. La verdad divor- ciada de la vida no es verdad en el sentido bíblico, sino algo distinto y muy inferior. Ningún hombre es mejor porque sepa que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. El diablo 10 sabe, y también Acab y Judas Iscariote. Ningún hombre es mejor por el hecho de saber que Dios amó de tal manera al mundo que dio a su amado Hijo unigénito para morir por la redención de los hombres. En el infierno hay millones que 10 saben. La verdad teológica es inútil si no se la obedece. El propósito tras toda doctrina es asegurar la conducta moral.” – pagina 108
Una fórmula para desarrollar un sermón que debiera respetarse, dice: «Dígales 10 que les va a decir; dígales 10 que les está diciendo; luego dígales 10 que les ha dicho». – pagina 117
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