Que maravilloso ver como personas vienen a los pies de Cristo después de la predicación del Evangelio de Salvación, pero; ¿Qué sucede si después de predicar a muchos oyentes no creyentes, ninguno desea aceptar a Cristo? Lo más probable es que puede venir el cuestionamiento de saber ¿qué hice mal? Y el gozo de haber predicado el Evangelio es opacado por el deseo de resultados tangibles y al momento.
Si comparamos con la predicación de Pedro, sin lugar a dudas estamos lejos de igualar sus resultados. Pero al mirar en las Escrituras en 1 Corintios 9:16 “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de mí si no anunciare el evangelio!”
La necesidad enseñada es predicar el Evangelio de Cristo a toda criatura, cumpliendo así el propósito de Dios en nuestras vidas. Mas, si después de testificar, no hay decisiones aceptando a Cristo, no debe alterar el ímpetu de seguir haciéndolo, pues Dios nos enseña acerca de la actitud con la que predicamos.
1 Corintios 9:17-18 “Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.
¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.”
No depende de nuestra habilidad para predicar o testificar que las personas acepten a Cristo como su salvador. Pues esa exclusividad le pertenece al Espíritu Santo que convence de pecado. Si el ánimo y actitud decaen, es porque se ve afectada la carne en su reputación y vanagloria de la vida.
Un predicador que la Biblia menciona, que si viviera en los días actuales, sería calificado como el peor predicador entre sus colegas, ya que durante 120 años pregonó salvación; y solo tuvo siete convertidos. Me refiero a Noé, más el hizo la voluntad de Dios al obedecer de anunciar salvación.
Si hoy decae tu ánimo al no ver resultados de nuevos creyentes como te gustaría, o comparándote con otros; Deseo decirte que esa semilla sembrada, en el tiempo de Dios dará resultados, y la satisfacción de obedecer a Dios nos aliente cada día a no desmayar de predicar a Cristo como Salvador, mientras haya tiempo.
0 Comments