Las finanzas son una parte de la relación que tenemos con Dios y también con nuestra esposa y familia. Comenzamos con poco, pero Dios tiene la reputación de bendecir a sus hijos y de pronto, tenemos más que hemos tenido antes. Con dinero, tenemos opciones y eso parece bien al principio, pero cuando tenemos más, queremos más. Por eso, necesitamos sabiduría y gracia de la Palabra de Dios para manejar nuestro dinero y estar contento con lo que tenemos. Hay mucho consejo en la Biblia acerca de las finanzas y el hogar. Aquí hay tres cosas para considerar.
- Deuteronomio 8:18: Dios tiene un propósito para riquezas. Dios nos dio el poder para hacer las riquezas “a fin de confirmar su pacto.” En otras palabras, tenemos el poder de hacer riquezas no para consumirlas en nosotros mismos solamente, sino para hacer Su voluntad. Él nos da el poder de hacer riquezas y la libertad de gastarlas en cualquier manera que queremos. No debemos olvidar a Él que nos dio la salud, la oportunidad y la habilidad de ganar nuestro sueldo, sino que debemos buscar Su voluntad para nuestra vida y riquezas.
- Eclesiastés 5:10-14: Cuando los bienes aumentan, también aumentan lo que los consumen. El hombre más rico en la historia del mundo fue Salomón, pero aun él dijo que una persona nunca hallará el punto de satisfacción en dinero. No importa cuánto dinero un hombre tiene, siempre los que consumen las riquezas aumentan a la misma taza que las riquezas. Y, lo más que una persona tiene, lo más que el necesita para mantener lo que le tiene ahora. La clave de disfrutar las bendiciones de la prosperidad es no dejarles definir nuestro estilo de vida. Mantenga una vida contenta.
- I Timoteo 6:6: ¿Cómo puedo vencer la codicia en mi vida? ¡Contentamiento! Lucas dice (12:15) “Mirad y guardaos de toda avaricia;” Avaricia destruye vidas y hogares y crea una división entre esposos y esposas. Si una persona siempre quiere más y más y nunca está satisfecho con lo que posee, esa persona siempre será miserable. I Timoteo 6:8 nos enseña que debemos estar contentos simplemente con las necesidades básicas. Ropa y alimento. Si consideramos que tenemos mucho, mucho más que ropa y alimento debemos dar gracias a Dios y estar contento con nuestra situación.
Si podemos aprender de donde viene nuestras riquezas y que nunca podemos hallar nuestra satisfacción en dinero y también que contentamiento será en nuestra confianza en Cristo y no en cosas materiales entonces podemos disfrutar un hogar tranquilo y una vida llena de satisfacción.
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