“Cuando un hombre y una mujer asumen el compromiso de convertirse en esposos, se acostumbra hacer alguna reunión alegre para celebrar el comienzo de una nueva familia. Una boda es una ocasión festiva, acompañada a menudo de música, flores, familiares y amigos. El matrimonio es uno de los acontecimientos más importantes en la vida de la persona, un compromiso público que marca el comienzo de la vida en común. À veces los esposos pronuncian palabras tradicionales como “en la riqueza y en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte nos separe”.
Hay principios bíblicos comprobados que pueden contribuir en el crecimiento de nuestro matrimonio. Debemos saberlas pero sobretodo practicarlas. No siempre es fácil ponerlas en práctica pero el esfuerzo trae grandes recompensas y favorece en una relación llena de amor.
PRINCIPIO UNO: Dar el 100%.
La creencia de que cada uno debe dar el 50% no es correcta.
Nuestra relación se basa en ¿Conveniencia mutua o en Fundamentos bíblicos?
Hechos 20:35, Biblia de Jerusalén. “Mayor felicidad hay en dar que en recibir”
El TIEMPO es una de las cosas más valiosas que podemos dar a nuestros cónyuges.
El amor verdadero da sin esperar algo a cambio.
Aun en el aspecto sexual, debemos pensar en la satisfacción del otro y no solo en nosotros. 1Corintios 7:2-5.
Para pensar, ¿Con qué frecuencia expresa afecto a su cónyuge?
El Dr. John A. Schindler escribió: “La única persona capaz de sentir verdadero afecto es aquella capaz de olvidarse de sí misma y de sus propios intereses inmediatos para situar en primer plano el bien y los intereses de otra persona. Cuando ambos esposos logran hacer esto, no tendrán dificultades ni en lo doméstico ni en lo sexual” (Cómo vivir 365 días al año, Pág. 142)
PRINCIPIO DOS: Honrar y respetar al cónyuge.
Debemos valorar y respetar a nuestro cónyuge como un ser humano hecho a la imagen de Dios. Filipenses 2:3.
Busque y valore las cosas positivas en el otro, expréselo verbalmente o por escrito.
El pedir perdón es una forma de honrar y respetar al su cónyuge. Nadie nació con el don de pedir perdón, se aprende en la vida cotidiana.
¿Cómo honrarle?, regalos, saber escuchar, ser agradecidos, trato cortés en palabras y tono de voz.
Ezequiel Salazar dijo: “El hombre no es mujer, ni la mujer es hombre”.
Escuche, sea comprensivo. 1Pedro 3:7.
En conclusión, Efesios 5:33. Marido, ame a su esposa; Esposa, respete a su marido.
0 Comments