Un matrimonio feliz no es, necesariamente, un matrimonio sin conflictos. Sino que es una relación en la cual los dos han aprendido como pelear según las reglas.
“Te guste o no, el conflicto en el matrimonio es sencillamente inevitable. Cuando se casaron, no solo unieron sus esperanzas y sus sueños sino también sus heridas, sus temores, sus imperfecciones y su bagaje emocional.
Te recuerda que tu matrimonio es demasiado valioso como para permitir que se autodestruya, y que el amor por tu cónyuge es más importante que cualquier asunto por el que estén peleando. El amor te ayuda a instalar airbags y montar barreras de protección en tu relación. Te recuerda que en verdad se puede revertir el conflicto para siempre. Las parejas casadas que aprenden a resolver sus diferencias suelen tener más unidad, más confianza, más intimidad y luego pueden disfrutar de una conexión mucho más profunda. Pero, ¿cómo? La manera más sabia es aprender a pelear limpio, estableciendo reglas de juego saludables.
- Nunca mencionaremos el divorcio.
- No traeremos a colación temas del pasado y sin relación.
- Nunca pelearemos en público ni frente a nuestros hijos.
- Nos tomaremos un descanso si el conflicto alcanza un nivel peligroso.
- Nunca tocaremos al otro para hacerle daño.
- Nunca nos iremos a dormir enojados.
- El fracaso no es una opción. Pase lo que pase, lo resolveremos.”
Desafío del Amor (Día 13: El Amor Pelea Limpio)
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