(Genesis 41:39-44) 39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. 40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
Existen muchas historias fabricadas y verdaderas estilo “de mendigo a millonario”, pero ninguna tan sorprendente y tan drástica como la de José. En un abrir y cerrar de ojos, Jose fue trasladado de una “cárcel” (piensa “calabozo” estilo Edad Oscura o peor) a la presencia del Faraón de Egipto. Entró al palacio como prisionero, y ¡no salió! sino tomó las riendas del imperio mas potente en el mundo conocido en aquel entonces. Son las cosas de fantasía y películas, pero sucedió tal y como está escrito en la Palabra de Dios. ¡Solo Dios puede hacer eso!
Considera el trasfondo (breve) de la historia. José fue maltratado y burlado por sus propios hermanos, hasta el punto que los hermanos tuvieron intenciones de aniquilarlo como un mafioso quien menosprecia la vida de otro ser humano. Dios detuvo la mano de ellos, y terminaron por vender a José en esclavitud. Mientras Jose servía en la casa de su amo, recibe acusaciones falsas contra su carácter. Lo meten en el calabozo para deterioriarse. (Y el pensó que sus libertades fueron limitados estando en esclavitud…) Cuando José pensó qué tal vez existía oportunidad para salir por recomendación de otro, aquel se olvida de él. Pero parece que en cada situación, José mantuvo su fe en Dios y continuó fiel.
Principio para aplicar a la vida cristiana: Descansar en la soberanía de Dios y mantenerse fiel donde esté
¡Dios está en control! Es una cosa decirlo, es otra cosa vivirlo. Muchas veces nosotros nos esforzamos para avanzar o superar en esta vida – sea en el trabajo, en una relación, en decisiones cotidianas de la vida, etc. La cosa mas espiritual que podemos hacer en esas circunstancias es esperar en Dios.
Dios sabe donde estás, Dios sabe a donde el quiere que estés, y Dios sabe la mejor ruta para ayudarte llegar a tu destino. Muchas veces la ruta que Dios escoge no es la ruta que nosotros hubiéramos elegido. La ruta que nosotros escogeríamos eliminaría dolor, tristeza, contratiempos, conflictos, presiones, y tragedias; pero ese es el ambiente perfecto para moldearnos a la imagen de Cristo. Si no fuera por la ruta de enemistad, esclavitud, y encarcelamiento, José nunca hubiera llegado a la posición de poder ayudar y bendecir a millares de personas.
¿Donde te encuentras ahora? ¿Estas en la “cárcel”? ¿Has padecido por circunstancias “injustas” en tu opinión? ¿Te sientes traicionado por gente cercana? ¿Dudas el plan de Dios para tu vida? Mira el ejemplo de José, y seas fiel para esperar en el tiempo de Dios ¡para la gloria de Dios!
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:6-7)
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