“Si hay una persona que me da lástima en este mundo, es aquella que no ama su trabajo. ¡Qué trabajo pesado! Amo mi trabajo con un amor apasionado y consumidor. Prefiero predicar a hacer cualquier otra cosa en este mundo. Nunca he dejado pasar una oportunidad de predicar. Prefiero predicar a comer mi cena, ir de vacaciones o hacer otra cosa que este mundo puede ofrecer. Prefiero pagar por predicar a que me paguen por no predicar. Tiene su precio, en términos de sudor y lágrimas, y no hay llamado que tenga tales gozos y angustias. No obstante es un llamado codiciado por un arcángel, y le agradezco a Dios por llamarme a este ministerio. Es un privilegio glorioso compartir el esfuerzo y la copa de Dios. Ojalá hubiese sido un mejor ministro, pero no hay nada en el mundo de Dios que preferiría ser.” – Samuel Chadwick
del libro por Mack Tomlinson, In Light of Eternity, n.d.
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