Principio 3: Obedecer
Este principio parece ser muy obvio, pero es al parece donde tenemos más dificultades. Tenemos que dejar de tratar de encontrar una mejor manera para hacer las cosas que las que el Señor nos ha dado para hacer. No estoy diciendo que no debemos usar la tecnología moderna y los avances para ayudar a lograr el trabajo que el Señor nos ha dado para hacer, pero no debe sustituir a los métodos bíblicos de predicación, enseñanza y discipulado. Cuando el Señor me habló acerca de obedecer sus órdenes como se encuentra en Mateo 28, recuerdo haber pensado que sabía todo sobre eso, pero al leer el pasaje me di cuenta que fui reprendido por el Señor y me di cuenta de que realmente no tenía idea de lo que decía . No sólo estamos para evangelizar, sino que también para discipular a los salvados. En realidad, nosotros estamos para enseñarles que guarden todas las cosas que Cristo ha mandado. Parece que la mayoría de la gente no puede siquiera nombrar algunas cosas que Cristo ha mandado. Como discipulador debo ser paciente.Esto toma un tiempo. Cristo pasó tres años y medio haciendo esto y uno le entrego y los demás se fueron y se ocultaron, después de la crucifixión. El Señor nos muestra que debemos estar obedeciendo su mandato en las áreas del discipulado, pero muchas veces se acelera el proceso sometiendo a las personas a través de un curso de discipulado de tres semanas y esperamos que ellos hagan lo mismo. Eso no es lo que el Señor Jesús hizo y eso no es lo que debemos hacer.
Principio 4: El ministerio es la gente
Mateo 20.28
“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
No podemos mirar a la gente y pensar “¿En qué me pueden servir?”; tenemos que mirar a la gente y pensar “¿Cómo puedo servirles?” Nuestro corazón debe ser el deseo de servir a otros como lo hizo Jesús y no ser servidos. El ministerio no está centrado en lo que otros pueden hacer por mí. Un ministerio debe estar centrado en Cristo y en lo que se puede hacer por los demás.
Se trata de cuatro ministerios básicos que creo que nos llevarán al éxito bíblico si los aplicamos a nuestras vidas. Debemos recordar que nuestra responsabilidad es ser obedientes al proceso y el Señor es responsable del producto. Que Dios los bendiga y los utilice para la promulgación de su reino.
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