Una razón muy fuerte por el que muchos padres no permiten que sus hijos entren al ministerio a tiempo completo, especialmente a tomar el privilegio de ser pastor, es por la situación económica. Dicen que es una profesión que no da buen sueldo. Todos los pastores son muertos de hambre. O muchos otros paralelamente piensan que ser pastor es tener fama y fortuna, por lucrar con el evangelio, y sacan esa conclusión viendo a los “pastores carismáticos”.
Hace años atrás, cuando dedique mi vida a servir a Dios en el ministerio a tiempo completo; un hombre vino a la oficina para hablar conmigo. Este hombre me dijo lo siguiente:
– Isaac, vos has elegido la profesión equivocada, esta carrera que has elegido jamás va a darte dinero, no vas a poder tener una buena posición social y terminaras viviendo debajo un puente.
– Y honestamente amados, hasta ese momento, el sustento económico que me daba la iglesia era bajo, aun hoy en día no es siquiera el sueldo mínimo (no lo digo por quejarme) estoy muy agradecido a Dios por ese sustento que me da.
Cuando ese hombre hablaba conmigo en la oficina, yo solo pensaba y decía: Dios, es cierto, con lo que tengo de sustento y sin seguro, sin aportar a la AFP, no tendré jubilación, ¿que va a pasar cando me jubile del ministerio? inmediatamente viene a mi mente este verso: Joven fui, y he envejecido, Y NO HE VISTO JUSTO DESAMPARADO, NI SU DESENDENCIA QUE MENDIGUE PAN. Sal. 37:25
Hno. Como pastor esta es una realidad que enfrentamos, pero debemos recordar algo:
PRIMERO: En Lucas 10:1-12 cuando nuestro Señor Jesús comisiona a los setenta, les dice que la mies es mucha y los obreros pocos. También les envía sin alforja, sin calzado ni bolsa de comida, porque era urgente la necesidad, las gente a la que iban a llegar con el evangelio les darían alimento, ellos comerían de su servicio a Dios.
SEGUNDO: Dios ordeno que al que predica el evangelio, que vivan del evangelio. 1 Cor. 9:14
TERCERO: Los ancianos que gobiernan bien o los que trabajan en predicar y enseñar, son dignos de doble honor (doble salario) 1Tim. 5:17 esa decisión creo le corresponde a la iglesia.
Pero hnos, ustedes que son pastores, me incluyo; algo que debemos entender es: nosotros no hemos ingresado al ministerio para recibir buen salario o hacernos ricos. Nosotros estamos en el ministerio para servir primero a Dios y segundo a los hermanos, estamos para servir, no para ser servidos. Con tristeza veo que muchos pastores reclaman y comparan su sustento con el sustento que tiene un misionero y terminan renegando y frustrándose. Mi intención no es desanimarle o agraviarle con lo que digo, pero; si de verdad anhelamos tener un buen sustento, pienso que debemos trabajar por llevar el evangelio a cada persona de nuestra zona y ciudad, cuando tengamos gente congregándose; entonces ellos aprenderán a diezmar u ofrendar, según lo que usted y su congregación practique, depende de eso el sustento que un pastor tiene, así que solo nos toca trabajar tan duro en el reino de Dios. Tenemos el lindo privilegio de ser pastores de su grey y poder hacer un muy buen ministerio. Así que, El será quien se encargue de bendecirnos conforme a su voluntad. Para el trabajamos, a El servimos, en El esperamos y El suple nuestra necesidad. Les animo a seguir sirviendo sin esperar recibir nada a cambio, Dios sabe como bendecir a sus hijos; les amo mis amados, Dios les bendiga siempre.
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