Asisten juntos a la iglesia—Los cristianos casuales y ocasionales crían hijos incluso más casuales. No se sorprenda si su “asistencia a la iglesia periódica” produce hijos que raras veces (si alguna vez) asistan a la iglesia. Hay muchas razones por las que los hijos dejan la iglesia, pero una de ellas es simplemente porque sus padres nunca los pusieron en un ambiente saludable y bíblico en el cual estuvieran plenamente comprometidos.
Sé que hay iglesias no saludables, pero rechazo rechazar el modelo de Dios a causa de algunos malos ejemplos. La mayor parte de mi vida Dios me permitió crecer en iglesias saludables, prósperas y centradas en la Biblia; y le debo muchas cosas en mi vida a la verdad que aprendí en aquellas comunidades. ¡Gracias papá y mamá por llevarnos a “todos” y mantenernos fieles en ambientes de iglesias saludables!
Crecen juntos en la Palabra de Dios—Esto va con el punto previo, pero se expande a partir de ése. ¿Han leído alguna vez un libro juntos? ¿Alguna vez han asistido a una conferencia de familias juntos? Estoy agradecido de que mis padres me hayan comprometido en oportunidades de crecimiento para mi fe a una edad temprana. Asistimos a seminarios apologéticos, clases de crecimiento cristiano, campamentos familiares y muchos otros ambientes donde aprendimos la Palabra de Dios juntos.
Algunos de nuestros amigos pensaban que era extraño que escogiéramos sentarnos con nuestros padres en la iglesia. Ellos pensaban que quizás nuestros padres así lo pedían. Ese no era el caso. ¡Nos sentábamos con nuestros padres en la Iglesia porque nos gustaba!
Pasan tiempo juntos—Ninguno de los puntos anteriores sería posible sin tiempo. Una familia saludable se construye mediante tiempo extendido en unión. Hoy en día nuestra cultura se construye en el estado de estar ocupado. Llenamos cada momento con prácticas deportivas, lecciones de karate, recitales musicales y más. Cualquier actividad extra curricular toma prioridad ante el tiempo en familia.
¿Le puedo retar a nadar en contra de la corriente y a resistir esta tendencia? De aquí a veinte años la mayor parte de estas cosas extra curriculares no serán importantes para sus hijos adultos. Pero la cultura de su familia y el tiempo que pasaron juntos probarán ser valiosos—¡para sus hijos adultos y para sus nietos!
Es tiempo de tomar decisiones familiares a la luz de sus nietos futuros—¡algo como veinticinco años antes que nazcan! ¡Entonces haga ahora lo que produzca un sistema de valor de la familia que sea más saludable para ellos!
Celebran tradiciones—Estos dos últimos puntos parecen contradictorios, pero ambos funcionan. Primero, construya cosas que disfruten y hágalas como era de esperar. Nuestras tradiciones familiares eran cosas como: vacaciones familiares anuales, ir de compras escolares juntos, tener una última “salida de verano” antes de comenzar la escuela, ir a tomar desayuno el primer día de escuela, comer rollos de canela en la mañana de navidad, abrir un regalo en la nochebuena, visitar a la familia en el día de acción de gracias, noches de película, noches de juegos, la búsqueda de huevos de pascua, viajes a Disneylandia, días libres de escuela con papá. ¡La lista podría ser más amplia!
Construya en sus relaciones familiares algunos recuerdos repetidos a los cuales regrese vez tras vez. Y también tome fotos, algún día le probará a sus hijos lo buen padre que fue con ellos.
Se mantienen unidos y disfrutan la espontaneidad—La diversión espontánea puede ser tan valiosa como las tradiciones. Hay algo increíble sobre hacer algo al último segundo y sorprender a todos. “¡No hay clases hoy, vamos a dar un viaje!” La sorpresa como que hace que un recuerdo se vuelva algo permanente. ¡Entonces sea fortuito y adrede periódicamente!
Una de las cosas favoritas que me gusta hacer es sorprender a mi hija con viaje inesperado en tren a la ciudad de Nueva York, donde pasamos las noches caminando, comiendo, yendo de compras y disfrutando la ciudad. Ha llegado a ser una de sus cosas favoritas, en parte por el factor sorpresa.
Es bueno que su familia periódicamente se “salga del libreto” y haga algo inesperado y fuera de lo común y que luego simplemente se mantengan unidos.
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Para concluir, ¿le puedo implorar que apreté el botón de reseteo de la salud familiar? ¿Puedo lamentar cuán rápido crecen nuestros hijos? Ahora con mis cuarenta y siete años no miro hacia atrás deseando haber trabajado más horas. Miro hacia atrás sorprendido con cuán rápido volaron aquellos años.
Nuestros hijos ahora son adultos. Estamos agradecidos por los muchos recuerdos que Dios nos dio al crecer juntos, y nos sorprendemos al ver cuán breve fue su niñez—mucho trabajo, muchos grandes recuerdos, ¡y todo eso simplemente vuela como un tren de alta velocidad!
Por favor, sea deliberado y determinado con respecto a su salud familiar. Por favor, dele a su familia lo mejor mientras pueda. Todo lo demás puede ser lo segundo… haga que Jesús sea la prioridad, ¡y ame a su familia de la mejor manera!
¡Le prometo que se sentirá contento por haberlo hecho!
Por Cary Schmidt
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