Mantenga una Perspectiva Bíblica en la Iglesia y en la Plantación de Iglesias
Hemos visto varios aspectos diferentes de la plantación de iglesias. Hemos visto el fundamento para la plantación de iglesias y para fundar una iglesia. Hemos hablado de algunos asuntos eclesiológicos. Hemos hablado de la plantación de iglesias en el libro de Hechos y hemos tratado de seguir algunos ejemplos del apóstol Pablo. Hemos visto la visión y los valores. Hemos considerado la audiencia blanco a la cual estamos buscando llevarle el evangelio. Hemos visto las finanzas, el evangelismo y el discipulado. Hemos visto una gama de ideas y espero que le sean útiles cuando comience a pensar en la plantación de iglesias.
Pero en conclusión quiero que le pongamos un círculo a algunos versículos que vimos desde el principio de este curso. Ante todo la promesa de Jesucristo se encuentra en Mateo cuando dijo, “Edificaré mi iglesia.” Recuerde que es Cristo quien edifica, y es Su iglesia. Necesitamos agarrarnos de esa promesa en los momentos oscuros cuando las cosas no están yendo bien. Recuerde que Jesús dijo. “Es mía. Yo cuidaré de ella. Yo la edificaré.”
Pero también recordemos nuestra responsabilidad como obreros humanos. “Yo planté, Apolos regó.” Vemos que cuando Pablo expresa su envolvimiento en la plantación de iglesias se dio cuenta que es un colaborador de Dios y que existe la responsabilidad humana. No simplemente vamos a un lugar y pensamos, “Bueno, Dios va a hacer la obra. Veamos lo que hace.” También ponemos nuestras manos en la tierra, plantamos las semillas, las alimentamos y las regamos para la gloria de Dios.
Ame la Iglesia como Cristo Amó la Iglesia
Y finalmente le animo a que ame la iglesia como Cristo amó la iglesia. Muy a menudo pensamos que si tenemos la metodología correcta, si tenemos el modelo correcto, y si tenemos la estructura en su lugar, entonces eso es todo lo que necesitamos. Pero lo que se necesita es amor por la iglesia de Jesucristo. Es fácil criticar. Es fácil molestarse con la iglesia. Pero es una cosa completamente diferente amarla y darse por ella, y de eso se trata toda la plantación de iglesias. Se trata de decir, “Amo a Cristo, y amo Su cuerpo. Amo Su iglesia y me daré a mí mismo por ella—para alimentarla, cuidarla y verla plantada de una forma saludable en el mundo.” Y es mi oración que ame la iglesia; que vaya y siembre las semillas del evangelio, que recoja una gran cosecha y que se establezcan iglesias para Su honra y Su gloria.
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