En nuestro último artículo vimos la promesa que hizo Jesús en Mateo 16. Dijo, “edificaré mi iglesia”, pero ahora en 1 Corintios 3:6-11 vemos a Pablo hablando de cómo ve la plantación de iglesias. Vea lo que dice, “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.”Quiero que veamos el pasaje de dos modos distintos. Primero, quiero que veamos cómo Pablo refleja lo que Jesús prometió en Mateo 16 donde dijo, “edificaré mi iglesia.” Y nótense las frases que están resaltadas aquí. Pablo dice, “el crecimiento lo ha dado Dios… Dios, que da el crecimiento.” Y luego en los versículos finales dice, “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada.” Pablo entendió claramente que la obra de la transformación de los corazones humanos no es nuestra. Es Dios quien da el crecimiento. Él es quien arranca las puertas del Hades de los ojos y corazones de los hombres y mujeres. Pero en este pasaje Pablo también enfatiza nuestra responsabilidad humana. Dice, “Planté la semilla. Apolos vino y la regó.” Y luego hace esta declaración increíble. Dice nosotros —usted y yo—somos colaboradores de Dios. Trabajamos al lado de Dios. Sí, entendemos que Él da el crecimiento, es Él quien transforma los corazones humanos, pero también le ha dado a usted y a mí la responsabilidad de plantar la semilla, de regar la semilla y trabajar.
Nosotros Hacemos Nuestro Mejor Esfuerzo, Dios Hace el Resto
Mientras que Pablo les habla a los Tesalonicenses sobre trabajar de día y de noche en 1 Tesalonicenses, aquí dice, “Somos colaboradores de Dios.” Luego note cómo lo dice, “yo como perito arquitecto puse el fundamento.” La actitud de Pablo no fue, “Cualquier cosa lo hará porque Dios lo va a hacer de todos modos.” Pablo se da el crédito. Dice, “Sé lo que estoy haciendo. Soy un perito arquitecto. Tengo habilidades y capacidades que puedo usar para plantar la Iglesia de Dios.” Luego dice, “y otro edifica encima.” Y luego, “pero cada uno mire cómo sobreedifica.” Entonces Dios le ha dado a usted y a mí responsabilidades humanas. Vemos eso en las muchas parábolas de las que habla Jesús—donde habla del sembrador sembrando la semilla en la tierra, y se va a la cama por la noche, y de la noche a la mañana la semilla brota. Y no sabemos cómo—no siempre sabemos cómo Dios obra. Pero sí sabemos que nos ha dado la responsabilidad de plantar, regar, ser expertos en lo que hacemos, estudiar, aprender de la Escritura y de las experiencias de otros. Debemos emprender de la mejor manera la plantación de Iglesias para la Gloria de Dios, porque nos llama Sus colaboradores.
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Mil gracias, bendiciones