Jesús Edificará Su Iglesia
Un día Jesús estaba con Sus discípulos y les preguntó, “¿Quién creen que soy? ¿Qué dice la gente que soy?” Y los discípulos mencionaron a varias personas de las que las multitudes hablaban cuando se referían a Jesús. Pero luego Jesús les preguntó, “¿Quién dicen ustedes que soy? Pedro dijo, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Y luego Jesucristo respondió con esta declaración: Dijo en Mateo 16:18, “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Jesús le dijo a Pedro, “Pedro, acabas de hacer esta gran confesión sobre que soy el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Y en base a esa confesión, en base a esa verdad, hago esta promesa: Edificaré mi iglesia.”
Mientras pensamos en la plantación de iglesias, veo que este versículo es de suma importancia como para pensar en él mientras comenzamos nuestros estudios sobre la plantación de iglesias. “En base a esta confesión edificaré mi iglesia,” dijo Jesús. Y es una declaración importante porque no se basa en ti, Pedro, no se basa en tus talentos, en tus debilidades o en tu poder limitado. Dijo que se basa en la sabiduría infinita y poder omnipotente de Cristo, “Edificaré mi iglesia. Soy Yo el que hago esta promesa.” Entonces Jesús dijo, “Yo haré esto, no tú, no tus discípulos, ni la gente que se ponga a tu lado,” todo lo contrario, Jesús dijo, “Edificaré mi iglesia.”
Él dijo “edificaré.” Él la va a edificar, no va a edificar un edificio sino un pueblo. Piense en ello. ¿Cómo edifica un pueblo? Bueno, en las historias del Nuevo Testamento vemos cómo arranca las puertas del Hades de los corazones de gente. Arranca la ceguera espiritual de los ojos de hombres y mujeres. Hechos 16 es un ejemplo perfecto de ello, donde conoce a Lidia y ella escucha el evangelio y pone su fe en Cristo. Él arranca las puertas del Hades del corazón de la chica esclava que gana dinero para sus dueños. El carcelero, que pensó que su vida se acababa porque los prisioneros estaban ahora libres, pregunta “¿Qué debo hacer para ser salvo?” Y es así que Dios arranca las puertas de Hades de su corazón. Y repentinamente en Hechos 16 tenemos una iglesia—una mujer de negocios, una esclava, [y] un carcelero se han acercado a Cristo. Jesús dice, “Yo hare esto. Yo la edificaré.” Y luego dice, “Voy a edificar mi iglesia.” La Iglesia de Jesucristo le pertenece a Él.
Es Su Iglesia, No Nuestra
A menudo hablamos sobre mi iglesia o su iglesia, y entiendo nuestro lenguaje cuando hacemos eso, pero realmente debemos pensar en el hecho que es la Iglesia de Cristo. Y como plantador de iglesias, lo que realmente me animó sobre esta enseñanza de Jesús fue este pensamiento: A menudo es fácil preocuparse e inquietarse por [preguntas como] “¿Despegará esta iglesia?” ¿Algún día veremos gente reunida y siguiendo a Jesucristo?” Pero luego recuerdo, “Esta es la iglesia de Cristo. Él dio Su vida por ella y Él la edificará.” Jesús dice, “Edificaré mi…,” para luego añadir, “iglesia.” Él nunca dijo, “Edificaré mi escuela cristiana o mi organización cristiana de servicio social.” La promesa fue dirigida al cuerpo, al cuerpo de Cristo, la Iglesia. Y lo hará de diversos modos. Y es nuestro gozo trabajar en Su campo, ser Sus colaboradores en esta obra gloriosa. Y nosotros tenemos que dar nuestras vidas a la siembra para luego ver a Cristo cumplir Su promesa de edificar la iglesia. Nunca sabemos cómo lo hará. Nunca sabemos en qué corazón está obrando. Pero mientras sembremos la semilla, Él arranca las puertas del Hades de los corazones de la gente. Él limpia sus ojos cegados y ellos vienen a Cristo. Cuando los discipulamos es cuando vemos una iglesia plantada.
Este artículo fue una bendición; como plantador de iglesias necesitaba examinar mis actitudes a la luz de la perspectiva bíblica expuesta aquí.
Estoy de acuerdo Patricio! Tengo que seguir recordando esta verdad de forma regular. Gracias por leer y comentar! -Jason Holt