1. Ore y esté interesado por el bienestar de su rebaño.
2. Sea sensible a sus sentimientos, aflicciones, penas.
3. Sea un oyente estimulador.
4. Sea capaz de compartir su tiempo con otros. Ayude lo más que le sea posible a encarar y encontrar las necesidades de las familias en la iglesia.
5. Sea paciente con los fracasos y debilidades de lo otros.
6. Visite a cada familia de la congregación si es posible. Reconozca la presencia de los niños pequeños. Llámelos por su nombre si es posible.
7. La cosa más importante que puede hacer el pastor por su gente después de guiar a un alma perdida a Cristo, es amarlos en forma individual.
8. Respete la confidencia que la gente de la iglesia pone en los oídos del pastor. Ore por ellos por todos sus problemas, diciéndole a Dios todo sobre ello, no a cualquier otro.
9. Escriba cartas de reconocimiento y aprecio.
10. Siempre agradezca y anime a otros. Vea lo bueno en ellos. Ayude a enterrar lo malo.
11. Escuche a los miembros de la congregación. Muchas veces ellos necesitan sólo que alguien los escuche.
12. Ministre compasivamente y no profesionalmente a los enfermos y a los acongojados. Esté ahí en su dolor, no porque usted es pagado para hacer eso, sino porque quiere hacerlo.
13. Sea un buen pastor. Tome tiempo para visitar a los enfermos en el hospital; puede significar todo para uno en profunda desesperación.
14. En reunión con mujeres en la iglesia, esté seguro que su secretaria u otro personal está muy cerca. En la visita a una casa, vaya con su esposa o con un laico piadoso.
15. Cuando la muerte venga a un familiar de un miembro, esté seguro de visitar la casa del doliente.
16. Pídale a Dios que lo mantenga con simpático amor y sensibilidad para aquellos quienes lo necesitan.
17. ¡Vigile su temperamento! Un pastor puede arruinar en cinco segundos el progreso y el respeto que ha logrado trabajando cincuenta años, resongando a un miembro, un miembro de la iglesia, o algún otro. “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Más el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad… La blanda respuesta quita la ira; Más la palabra áspera hace subir el furor” (Prov. 14:29; 15:1).
18. Cuando un artículo aparece en el diario mostrando los logros y éxitos de uno de los miembros de su iglesia, o colegas, corte el artículo y mándeselo a él con una calurosa carta de apreciación. Tal considerado gesto significará más de lo que usted puede imaginar a la persona, quien ve que usted toma tiempo para ella en tan personal manera.
por W. A. Criswell
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