LLEVANDO LAS CARGAS LOS UNOS POR LOS OTROS
Por Dr. Paul Chappell
¿Se llega a desanimar?
¿Llega a estar agobiado por las cargas del ministerio?
Si está en el ministerio, las respuestas para ambas preguntas son idénticas y obvias.
¿Por qué, entonces, vemos que es muy fácil criticar a otros que llegan a desanimarse en el ministerio en lugar de ponernos al lado de la persona y levantar sus cargas?
Hay algo sobre el desánimo y la depresión dentro de los pastores que hacen que sea más fácil criticar que ir a brindar ayuda. Es interesante ver cómo la gente juzga cuando otro pastor está pasando por un tiempo difícil y estresante. Se levantan acusaciones como que estaba obrando en la carne o que mostraba inseguridad.
Aquellos componentes podrían ser verdad—algunas veces ni uno de ellos se presenta y algunas veces se presentan ambas cosas—pero la respuesta apropiada es levantar las cargas de otros, no analizar la causa de su carga.
Algunos de los líderes más grandes en la Escritura y en la historia lidiaron con el desánimo y las depresiones severas. Incluso una lectura superficial de los Salmos revela los altibajos emocionales de David. Moisés llegó a estar tan abrumado por la responsabilidad que quería morir (Números 11:15). Job casi fue tragado en la desesperanza. Elías llegó a estar lleno de autocompasión, pero también era un gran guerrero de oración. (Véase Santiago 5:17-18). Dios trató con estos hombres con cuidado. Spurgeon soportó tiempos frecuentes de depresión. Lo mismo le ocurrió a Hudson Taylor, John Bunyan, William Carey y otros.
El desánimo es algo común para todos y viene por una variedad de razones las cuales pueden ser médicas, emocionales y espirituales. No obstante a menudo hay una dimensión añadida de agotamiento físico y emocional así como una guerra espiritual para aquellos cuyas vidas se centran alrededor del ministerio.
¿Qué podemos hacer para levantar sus cargas?
- DÉ GRACIA
Usted podría no conocer toda la historia o las ramificaciones de lo que alguien está pasando. Todos muy a menudo damos opiniones basadas en una foto de las redes sociales o algún otro cuadro de referencia limitado. ¿Por qué no mejor simplemente asumir que hay algo más dentro de la situación que no podemos saber?
El amor… Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta—1 Corintios 13:4, 7
- ORE
Pase tiempo intercediendo genuinamente por ellos. Usted podría no conocer totalmente lo que están pasando, pero el Señor sí. Pídale al Señor que los levante y ayude y que le dé a usted la oportunidad de ser un ministro de Su gracia para con ellos.
Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere—Colosenses 4:12
- LLÉGUESE A ELLOS
Envíe una nota de ánimo. Quizás puede enviar una carta o un correo electrónico. Quizás también puede hacer una llamada telefónica. En lugar de hablar con la gente sobre alguien en particular, hable con la persona sobre su preocupación y oración. Pregúntele a esa persona cómo puede orar mejor por ella. Brinde palabras de ánimo. Sea un ministro de gracia a través de sus palabras.
La congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra—Proverbios 12:25
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes—Efesios 4:29
- DÉ ALGO TANGIBLE
Envíe un libro que haya sido de ánimo para usted. (Uno de mis favoritos que envío a los que pasan un momento de dificultad es The Promise [La Promesa] por Robert Morgan.) Envíe un vale canjeable por artículos en una tienda o un regalo. No tiene que ser algo extravagante—simplemente algo que muestre que usted muestra preocupación.
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios—Filipenses 4:18
- OFREZCA SU PRESENCIA FÍSICA
Hay algo sobre estar físicamente presente con alguien que significa más que un correo electrónico. Quizás está a una distancia de manejo que le permite ir por su iglesia para dejar una nota o un regalo. Quizás puede invitar a los que pasan problemas a un retiro de parejas o pastores. Dios puede usar su presencia para brindar consuelo.
Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito—2 Corintios 7:6
Cuando alguien está pasando por un tiempo difícil tal persona necesita que nos acerquemos y levantemos su carga.
En lugar de estar filosofando a mil kilómetros de distancia sobre si tal persona está bajo presión porque está obrando según la carne o ha tomado malas decisiones, haga la pregunta, ¿qué puedo hacer para ser alguien que lleve las cargas de otros?
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo—Gálatas 6:2
0 Comments