RESPONDIENDO A LAS CRÍTICAS
Por Dr. Mike Edwards
Cuando era un pastor joven no estaba seguro de estar plenamente preparado para las críticas que podrían tener las personas acerca de mi liderazgo y servicio. La vida ministerial es verdaderamente la vida en una pecera. No sólo yo sino toda mi familia también era observada. Eso viene con el llamamiento; y aunque no es uno de los aspectos más agradables del ministerio, es algo con lo que todos lidiamos de tiempo en tiempo.
Según mi experiencia la mayoría de la gente es amorosa y aprecia su rol dentro de sus vidas; pero a veces pueden venir las críticas por sus acciones y motivos. Desgraciadamente si no manejamos aquellos momentos apropiadamente, eso puede afectar nuestro ministerio y establecer muy serios precedentes para el futuro.
Hace años, estando en medio de un tiempo de mucho desánimo, Dios me dio tres principios para guiarme en tiempos de crítica. Se volvieron tan importantes para mí que los reviso regularmente. Permítame compartirlos con ustedes.
- Tomaré cada experiencia de crítica como una oportunidad para examinar con honestidad mis palabras y acciones.
Soy de carne y por consiguiente puedo fallar en la carne. Hay momentos en los cuales las críticas a nuestras vidas y ministerios son justificadas. Felizmente esas críticas son dadas en amor y con un deseo de ayudar; pero si no es así, eso no cambia el hecho que son críticas justificadas. No puedo corregir el espíritu de la persona que está siendo crítica, pero puedo corregir la crítica que me hace ver errado. El mal comportamiento de alguien no hace que excuse mi propia falla.
Proverbios 26:12 dice, “¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él.” Y Proverbios 1:5 dice, “Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo.”
- Si la crítica es injusta, entonces intentaré con humildad explicar mis palabras y acciones para que puedan ser entendidas por el crítico.
El siervo del Señor debe tener el espíritu de enseñanza no de pelea. A nuestra carne no le gusta ser longánima, paciente y amable; pero esa es la respuesta que puede conducir al acuerdo y la unidad. Si no se le da la oportunidad de explicarse, entonces sea perdonador. Eso no significa que no avanza con lo que Dios le ha dado para que haga, sino más bien que avanza con un corazón que siempre está listo para reconciliarse con el crítico. Me encanta lo que sucedió en la vida de Pablo y Marcos cuando, en lugar de estar amargados por las críticas en contra de Pablo, Marco llegó a ser un colaborador confiable de Pablo en el ministerio del Evangelio.
- No usaré los tiempos de críticas para atacar a aquellos que me son críticos
Los fracasos en la vida del crítico no fortalecen las decisiones y elecciones de mi vida. Si tengo la razón, tengo la razón a pesar del estado de la vida espiritual del crítico; y si estoy equivocado, la vida espiritual del crítico no cambia el hecho que estoy equivocado. Cuando William Booth estaba siendo grandemente criticado por un detractor, sus asistentes le sugirieron que devuelva el ataque. Booth respondió de este modo, “De aquí a cincuenta años importará muy poco la forma en que estas personas nos trataron. Lo que sí importará grandemente será la forma en que tratamos con la obra de Dios.” Siga sirviendo y deje que Dios lo reivindique.
Ellos dicen que la única forma de escapar de las críticas es no decir nada, no ser nada y no hacer nada. ¡No gracias! Ese es el tipo de vida que nadie quiere vivir. Entonces, si es criticado y justificadamente, haga los cambios que se requieren. Si las críticas no son justas, intente ganar al crítico con su punto de vista, pero siga haciendo con humildad lo que Dios le ha dado por hacer. No use los fracasos del crítico para reivindicarse a sí mismo; permita que Dios haga eso prosperando lo que le ha dado por hacer.
Este artículo fue publicado originalmente en Share Point Ministries.
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