La oración debe tener una forma bien definida, de agradecimiento a confesión, a petición y a intersección. En cuanto a la postura de orar en la Biblia, la gente se paraba cuando oraban, ellos se arrodillaban cuando oraban, se postraban ante Dios en sus oraciones. En mi humilde opinión, arrodillado es una hermosa manera de orar, Parece ser correcto que nos arrodillemos ante Dios. Nuestros ojos deben estar cerrados y nuestro semblante debe ser natural y serio. El lenguaje debe ser simple, consagrado, y escritural.

El sermón es el centro de la adoración cristiana de Jesús… Juan el Bautista predicó (Mateo 3:1); Jesús predicó (Marcos 1:14); Simón Pedro predicó (Hechos 2:14,40); Pablo predicó (Hechos 20:7-11, ¡algunas veces hasta la medianoche!) y nosotros debemos predicar. El púlpito debe estar en el centro de la iglesia donde el pastor expone la inmutable y eterna Palabra de Dios.

El sermón del pastor debe culminar en un estimulo para las almas. La invitación debe ser hecha en cada servicio y el pastor tanto como la congregación debe orar por ella, trabajar para ella, y esperar el fruto. Es un espectáculo penoso ver a un predicador predicar sin expectación…

Cuando alguien vino a Spurgeon y dijo que todos sus sermones parecen parecidos, admitió: “Eso es correcto. Donde sea que tome mi texto, hago una línea a la cruz”.